Introducción
El tipo de interés de los depósitos lo paga un banco o una institución financiera a los titulares de cuentas que han depositado en ellos. Las cuentas de depósito incluyen el depósito fijo (FD), los depósitos recurrentes (RD), las cuentas de ahorro y las cuentas corrientes.
Las cuentas de depósito son lugares atractivos para aparcar el dinero en efectivo para los depositantes que quieren un lugar seguro para guardar su inversión y ganar una pequeña cantidad de interés fijo.
Comprender los tipos de interés de los depósitos
Por lo general, las entidades financieras ofrecen mejores tipos de interés para las cuentas de mayor saldo. Se considera una oportunidad para atraer a clientes de valor añadido con activos importantes. Al obtener un tipo de interés más alto y una mayor cantidad invertida, mayor es la rentabilidad en el tiempo.
Aunque todavía puede considerarse un enfoque de generación de rendimientos más lentos para el crecimiento del capital, estas cuentas pueden ofrecer una mayor estabilidad en comparación con otros productos financieros más volátiles y de alto riesgo.
Los tipos de interés fijos ofrecidos para algunas cuentas de ahorro parecen ser más bajos en comparación con otros productos financieros con rendimientos más flexibles. La contrapartida es que el titular de la cuenta se asegura un crecimiento constante del depósito frente a la posibilidad de obtener ganancias inesperadas, o incluso pérdidas de mayor envergadura. Por ejemplo, cuando la cuenta llega a su vencimiento, el depósito con un tipo fijo tiene garantizado el rendimiento especificado.
Tipos de interés & Períodos de depósito
Los bancos, las cooperativas de crédito y otras instituciones financieras prefieren ofrecer tipos de interés favorables en estos depósitos para atraer a los consumidores de forma más eficaz. Dependiendo del producto, los tipos de interés de los depósitos premium sólo estarán disponibles bajo ciertas condiciones, como saldos mínimos y máximos probables.
Algunas cuentas también exigen un plazo fijo, como seis meses, un año o varios años, durante el cual el dinero debe permanecer depositado y el titular de la cuenta no puede acceder a él. Si se retira el depósito antes de tiempo, se puede incurrir en penalizaciones y comisiones, incluida la posible pérdida del tipo de interés decidido si el importe restante en la cuenta es inferior al mínimo.
Las entidades financieras no sólo promueven los depósitos a largo plazo para apoyar al cliente a partir de los mayores intereses que se reciben, sino también porque da más liquidez a la entidad. Los bancos o instituciones pueden realizar más operaciones crediticias con sus clientes, como préstamos y tarjetas de crédito, al disponer de más efectivo a través de los depósitos.