El GST se convertirá en una de las mayores reformas fiscales que va a vivir nuestro país. Todas las empresas, pequeñas o grandes, se verán afectadas por este cambio de paradigma en el régimen de impuestos indirectos. Los responsables políticos no han dejado de insistir en las ventajas de un sistema fiscal unificado en un país federal como la India.
Hay una larga lista de beneficios, que se están reclamando como resultado de la ley GST y uno de esos beneficios es la eliminación del efecto de los impuestos en cascada. En palabras sencillas, el «efecto fiscal en cascada» significa un impuesto sobre el impuesto. Se trata de una situación en la que el consumidor tiene que soportar la carga del impuesto sobre el rendimiento y la inflación de los precios como resultado de ello.
Supongamos que cuando el fabricante «A» vende sus productos desde Gujarat a Haryana, debe recaudar tanto el impuesto sobre el consumo como el impuesto central sobre las ventas a un tipo del 12.5% y 2% respectivamente, al ser una venta interestatal. Además, el concesionario «B» no obtendrá ningún crédito de este impuesto especial y CST. El concesionario «B» lo vende a su vez al concesionario «C» en Gurgaon y cobra el IVA por dicha venta. El comerciante «C» lo vende al comerciante «D» en Delhi y cobra el CST, y finalmente, el comerciante «D» vende estos bienes al consumidor final en Delhi, cobrando el IVA.
Para hacerlo más sencillo, a continuación presentamos este ejemplo sobre cómo se produce en un escenario práctico el efecto cascada de los impuestos y cómo el GST pretende colmar estas lagunas.
Este es sólo un ejemplo y una cadena de valor muy pequeña, en cambio normalmente el movimiento de mercancías lleva un canal más largo. Por lo tanto, no será injusto decir que el consumidor final va a sacar el máximo provecho del GST, y una vez que estos precios bajen, la demanda aumentará y la economía florecerá.