Qué es una Regla de Pulgares?
La regla del pulgar se denomina coloquialmente. Una regla empírica es una pauta que proporciona consejos concisos sobre un tema determinado. Es un concepto general que ofrece una orientación específica para ejecutar o abordar una tarea determinada. Las reglas del pulgar suelen evolucionar como resultado de la práctica y la experiencia más que de un estudio teórico.
La regla de oro explicada
Los inversores pueden estar familiarizados con varias «leyes financieras generales» destinadas a ayudar a las personas a entender, recordar y aplicar la orientación financiera. Las reglas del pulgar describen estrategias y procedimientos para ahorrar, pedir préstamos, comprar una casa y planificar la jubilación.
Aunque una regla empírica puede ser adecuada para un público amplio, no se aplica por igual a cualquier conjunto de circunstancias.
Las reglas del pulgar son útiles para las personas como instrucciones generales. En otros casos, pueden ser demasiado simplistas, lo que lleva a subestimar o sobreestimar las necesidades de una persona. Las reglas empíricas no compensan las condiciones o variables particulares que existen en un momento dado, o que pueden cambiar con el tiempo, y que deberían ser necesarias para la toma de decisiones financieras sólidas.
Regla general del pulgar en los negocios
Para los negocios, el término «regla general» no es más que una pauta que proporciona consejos simplificados sobre un tema específico o para lograr un objetivo o abordar una tarea concreta. Nunca se puede definir con precisión y exactitud en la aplicación.
Cuando se inicia un negocio, hay un tiempo medio para liquidar una inversión de capital en cualquier empresa de nueva creación, i.e. cinco años. De ahí que la regla general sea que una empresa recién creada debe presentar una proyección financiera a cinco años. Los inversores suelen exigir una previsión a cinco años para entender las oportunidades y los riesgos que conlleva invertir en ese negocio.
La aplicación del Principio de Pareto de la regla 80/20 es el mejor ejemplo de regla empírica para un negocio en crecimiento. El propietario puede evaluar qué clientes le aportan más beneficios, ya que el 80% de los beneficios de la empresa se obtienen de sólo el 20% de sus clientes.
La regla general al vender una empresa es el uso de varias métricas para evaluar el valor neto de la empresa. Uno de los parámetros es el EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones).