Introducción
La neutralidad fiscal se refiere a una situación en la que ni el gasto público del gobierno ni la política fiscal afectan a la demanda en una economía. La demanda de los consumidores no se ve influida por las leyes fiscales o los programas de bienestar del gobierno.
Del mismo modo, las decisiones comerciales de las empresas no se ven influidas por la política fiscal del gobierno ni por la concesión de subvenciones o incentivos por parte de éste.
Entender la neutralidad fiscal
La neutralidad fiscal puede lograrse mediante un presupuesto equilibrado, en el que los ingresos totales sean iguales o superiores a los gastos. El proceso presupuestario incluye una previsión de los ingresos y gastos del gobierno para todo el año.
Los ingresos del gobierno consisten en ingresos fiscales directos e indirectos. Los ingresos de los impuestos directos se recaudan en forma de impuesto sobre la renta que se aplica a los ingresos anuales de los contribuyentes. Los impuestos indirectos consisten en el impuesto sobre bienes y servicios, los derechos de aduana, el impuesto profesional y cualquier otro impuesto o gravamen recaudado por el gobierno de diversas empresas.
Si los gastos del gobierno superan los ingresos, la diferencia se denomina déficit fiscal. El gobierno tiene que compensar el déficit fiscal con préstamos. En el caso de que los ingresos superen a los gastos, la diferencia se denomina superávit fiscal. Un gobierno puede invertir el superávit fiscal para el futuro de la economía.
La teoría de la neutralidad fiscal subraya que la política fiscal del gobierno no debe influir en el comportamiento económico de los contribuyentes. La recaudación del impuesto sobre la renta puede influir en el número de horas de trabajo de un trabajador. Un impuesto sobre la renta puede ser diferente para distintos niveles de renta. Por lo tanto, el impuesto es de naturaleza distorsionadora y puede influir en el comportamiento económico.
La neutralidad fiscal se basa en la neutralidad de los impuestos. Por ejemplo, un impuesto de capitación que grava con una tasa fija a todos los vehículos que pasan por un peaje no tiene carácter distorsionador. Estos impuestos se denominan eficientes, ya que facilitan la recaudación de impuestos sin alterar el comportamiento económico de los contribuyentes.
Conclusión
Al realizar el ejercicio presupuestario anual, un gobierno debe centrarse en tener políticas fiscales que sean fiscalmente neutras. Las políticas deben contribuir a aumentar los ingresos fiscales sin influir en el comportamiento económico de los residentes del país. Sin embargo, es casi imposible lograr la neutralidad fiscal debido a la globalización y a los diferentes tipos de políticas fiscales de los distintos países.