Introducción
El mercado de crédito, también conocido como mercado de deuda, es un mercado en el que empresas y gobiernos ofrecen deuda a los inversores en forma de bonos basura, bonos con grado de inversión y papel comercial a corto plazo. Incluye ofertas de deuda como pagarés y obligaciones titulizadas como obligaciones de deuda colateralizada (CDO), permutas de incumplimiento crediticio (CDS) y valores respaldados por hipotecas.
El estado del mercado de crédito indica la salud colectiva de los mercados y la economía. El mercado de crédito parece minúsculo en comparación con el mercado de acciones en términos de valor en dólares. Los analistas describen el mercado de crédito como el canario en la mina porque el mercado de crédito muestra signos de dificultad antes que el mercado de valores.
Entender el mercado de crédito
Cuando una entidad gubernamental necesita ganar dinero, emite bonos. Los inversores compran bonos a cambio de prestar dinero al emisor. El emisor paga los intereses de los bonos a los inversores. Al vencimiento de los bonos, los inversores los venden al emisor a su valor nominal. También es posible que los inversores vendan bonos a otros inversores antes del vencimiento.
Hay otros aspectos del mercado crediticio que consisten en deudas de los consumidores, como las tarjetas de crédito, las hipotecas y los préstamos para automóviles. Estos aspectos hacen que sea complicado de tratar. Reciben los pagos de la deuda agrupada y la venden como una inversión conocida como deudas agrupadas. El comprador gana intereses sobre la garantía. Si muchos prestatarios no pagan sus préstamos, el comprador pierde dinero.
Hay dos indicadores de la salud del mercado crediticio: los tipos de interés vigentes y la demanda de los inversores. Los analistas consideran que el diferencial entre los tipos de interés de los bonos del Tesoro y de los bonos corporativos. Incluye bonos con grado de inversión y bonos basura.
Los bonos del Tesoro, por lo general, tienen el menor riesgo de impago y los tipos de interés más bajos, mientras que los bonos corporativos tienen tipos de interés más altos y más riesgo de impago. A medida que aumenta el diferencial entre los tipos de interés de esos tipos de inversiones, puede presagiar una recesión los inversores consideran que los bonos corporativos son cada vez más arriesgados.