Introducción
El horizonte temporal, a menudo denominado horizonte temporal de la inversión, es el plazo durante el cual un inversor permanecerá invertido en un plan. El horizonte temporal es el periodo tras el cual un inversor retiraría su inversión.
Generalmente, los objetivos y estrategias de inversión deciden el horizonte temporal de la inversión. Por ejemplo, ahorrar para unas vacaciones exóticas es un horizonte a corto plazo, mientras que ahorrar para gastos importantes como la compra de una casa o la educación de los hijos y el matrimonio se considera un horizonte a largo plazo.
Comprensión del horizonte temporal
A grandes rasgos, las inversiones se clasifican en dos grandes categorías, que son las acciones y los bonos. De los dos, las acciones se consideran las más arriesgadas.
Los inversores con un horizonte a largo plazo pueden pasar a construir una cartera agresiva (predominantemente con instrumentos de riesgo). Los inversores conservadores suelen tener un horizonte de inversión a corto plazo, y pasan a invertir en instrumentos más seguros.
Las inversiones en el frente de la renta variable son aconsejables con un horizonte a largo plazo. Ello se debe a que un horizonte a largo plazo permite a los inversores sortear el riesgo de volatilidad.
Además, invertir en fondos de inversión con un horizonte a largo plazo permite a los inversores obtener buenos beneficios, ya que se beneficiarán del poder de la capitalización. La combinación de un horizonte a largo plazo con la capitalización ayuda a que una pequeña cantidad crezca hasta convertirse en una suma considerable con el tiempo.
Más sobre Horizonte temporal
Decidir el horizonte temporal adecuado es muy crucial y ayuda a elegir la opción de inversión correcta. Por ejemplo, invertir en los mercados de renta variable con un horizonte de inversión de sólo dos años no beneficiará al inversor, ya que está expuesto al riesgo de volatilidad y la única forma de combatirlo es permanecer invertido el mayor tiempo posible.
Para los inversores a corto plazo, siempre es aconsejable invertir en bonos, que se consideran una apuesta mucho más segura que las acciones. Del mismo modo, no es aconsejable que las personas que están a punto de jubilarse inviertan en acciones, ya que pueden sufrir pérdidas si tienen un horizonte de inversión a corto plazo.