Introducción
La teoría de la hipótesis de la renta permanente trata del gasto del consumidor. Según la teoría, los consumidores gastarán en función de sus ingresos medios a largo plazo. El ingreso medio esperado a largo plazo es un ingreso permanente.
Entender la hipótesis de la renta permanente
La teoría de la hipótesis de la renta permanente fue creada por el economista Milton Friedman en 1957. La teoría dice que el comportamiento del consumidor se basa en las preferencias individuales y, por tanto, es imprevisible. El comportamiento del consumidor es un factor importante para determinar la política económica general.
La teoría también afirma que, incluso si las políticas económicas son capaces de aumentar los ingresos en la economía, pueden no dar lugar a un efecto multiplicador en la economía por el aumento del gasto de los consumidores. El gasto de los consumidores no podrá cobrar impulso hasta que los trabajadores sean optimistas sobre sus futuros ingresos.
Sin embargo, es subjetivo en cuanto a la forma en que un individuo gastaría los ingresos incrementales. Por ejemplo, una persona que espera una bonificación al final de un año determinado puede adelantar sus gastos o destinar los ingresos adicionales a los ahorros.
Así, un individuo puede aumentar su gasto en bienes y servicios de consumo o puede invertir los fondos adicionales en opciones de crecimiento a largo plazo. En cualquiera de los casos, es la liquidez presente y la expectativa de ingresos permanentes futuros lo que probablemente influya en la decisión de gastar el dinero en bienes o servicios de consumo o de invertirlo para que crezca a largo plazo.
Un comportamiento de consumo similar al anterior se observa también en el caso de las personas que reciben herencias. Pueden gastar el dinero o ahorrarlo e invertirlo para su futuro.
Conclusión
Los cambios que se producen a lo largo de un periodo de tiempo, como el aumento de sueldo, o el paso a un empleo de larga duración que conlleva un sueldo incremental y sostenido, pueden dar lugar a cambios en los ingresos permanentes. Así, con un aumento de la renta permanente, los trabajadores pueden apuntalar su consumo y aumentar sus gastos.