Introducción
El acantilado de cristal se refiere a una situación en la que se asiste a la promoción de mujeres en puestos de poder durante una gran crisis, económica, política o de otro tipo. El acontecimiento se produce en una situación en la que el fracaso es más probable.
El término «acantilado de cristal» fue acuñado por los profesores Alexander Haslam y Michelle K. Ryan perteneciente a la Universidad de Exeter, Reino Unido. El origen de «Glass Cliff» es el término «Glass Ceiling», que hace referencia a los límites invisibles o tácitos que pueden alcanzar las mujeres en una organización. El término se utiliza generalmente para describir a las mujeres que han roto el techo de cristal y han llegado a puestos elevados.
Entender el acantilado de cristal
El acantilado de cristal, aunque se acuñó para la promoción de las mujeres, también se aplica a la promoción o el nombramiento de minorías o personas de los sectores marginales de la sociedad. En tiempos de crisis, es más probable que el puesto más alto fracase. La mejor manera de describirlo es como una apuesta de «venta» en una posición que tiene más probabilidades de fracasar.
El «acantilado de cristal» suele ser la posición en la cima, que es peligrosa y conlleva un alto riesgo con responsabilidad. El riesgo de fracasar o caer en el precipicio es alto. Las mujeres ocupan los puestos más altos en las empresas que tienen dificultades financieras y corren el riesgo de cerrar pronto. En estos casos, la mujer puede tener la oportunidad porque es probable que la permanencia sea corta.
La organización no se ve afectada por el fenómeno. En caso de que la organización cierre, la mujer será la culpable del fracaso. En este caso, el puesto está abierto para nombrar a un hombre en el lugar de la mujer. En caso de que la organización mejore su posición, las personas que nombran a la mujer obtienen el mérito de haber nombrado a la persona adecuada.
Conclusión
Una mujer a la que se le ofrece un puesto «Glass Cliff» suele tener dificultades para dirigir la organización. Lucha por la falta de mentores, la falta de acceso a la experiencia, etc. Por lo tanto, la posición conlleva un alto riesgo de fracaso.
Otros estudios realizados por los profesores Alexander Haslam y Michelle K. Ryan, de la Universidad de Exeter (Reino Unido), también indicó que a las estudiantes de Derecho se les asignaban generalmente los casos más arriesgados, que conllevan una alta probabilidad de fracaso. Desde el punto de vista de la mujer, es difícil decir que no a un puesto en el acantilado de cristal, ya que rara vez se ofrecen funciones de liderazgo a las mujeres.