Introducción
La gestión de operaciones es un campo de gestión que se ocupa de la planificación y gestión del proceso de fabricación y del rediseño de las operaciones empresariales en la fabricación de productos o servicios. Incluye la garantía de que las operaciones empresariales sean productivas en cuanto a la utilización de la menor cantidad de recursos posible y eficaces para satisfacer las demandas de los clientes según lo requerido.
La gestión de operaciones se ocupa principalmente de planificar, coordinar y supervisar en los contextos de distribución o prestación de servicios. También incluye la planificación, la coordinación y la gestión de los procedimientos, así como la realización de los cambios oportunos para lograr una mayor productividad.
Los cambios en las operaciones diarias reflejarán los objetivos estratégicos de la organización, por lo que irán acompañados de una profunda revisión y evaluación de los procesos actuales.
Entendiendo
La gestión de operaciones, al igual que las finanzas y el marketing, es también un campo funcional multidisciplinar dentro de una empresa. Garantiza que los materiales, la energía o cualquier otro insumo se utilicen de la manera más eficiente para optimizar la producción.
Gestionar las operaciones implica familiarizarse con una gran variedad de disciplinas. Combina el control convencional del director general, la planta y el mantenimiento de los equipos.
El director de operaciones debe conocer y evaluar las estrategias estándar, la preparación básica del material, la fabricación y los sistemas de producción. Los principios de producción y control de costes también son relevantes.
Historia
La gestión de operaciones se denominaba históricamente control de producción, lo que muestra claramente sus raíces industriales. Históricamente, comenzó con la división del trabajo, que se remonta a la época de los antiguos artesanos. Se expandió más ampliamente sólo con la introducción de la idea del siglo XVIII de la intercambiabilidad de las piezas, lo que finalmente desencadenó la revolución industrial.
Cuando las economías del mundo en desarrollo se orientaron poco a poco hacia los servicios, éstos empezaron a incorporarse a todas las funciones corporativas, incluida la gestión de productos. La vertiente de servicios también comenzó su enfoque aplicando los conceptos de la gestión de productos a la preparación y coordinación de procedimientos. Esto continuó hasta el punto de que tenía más sentido llamarlo gestión de operaciones.