Qué es la financiación estructurada?
La financiación estructurada es un instrumento financiero muy involucrado que se proporciona a las principales instituciones financieras o empresas con necesidades de financiación complejas que no se satisfacen con elementos financieros tradicionales.
Las finanzas estructuradas se han hecho populares en el sector financiero desde mediados de los años 80. Algunos ejemplos de instrumentos de financiación estructurada son las obligaciones de deuda colateralizada (CDO), los instrumentos financieros sintéticos, las obligaciones de bonos colateralizados (CBO) y los préstamos sindicados.
Desglose de la financiación estructurada
La financiación estructurada se suele proponer a los prestatarios, en su mayoría grandes empresas, que tienen necesidades muy definidas que no se verían satisfechas por un simple préstamo u otro instrumento financiero tradicional. En la mayoría de los casos, la financiación estructurada implica la realización de una o varias operaciones discrecionales, lo que da lugar a la aplicación de instrumentos evolucionados y a menudo arriesgados.
Ventajas de la financiación estructurada
Los prestamistas tradicionales no suelen ofrecer productos financieros estructurados. Por lo general, dado que la financiación estructurada es necesaria para realizar importantes inyecciones de capital en una empresa u organización, los inversores deben proporcionar dicha financiación.
Los bienes financieros estructurados son casi siempre intransferibles, lo que significa que no pueden intercambiarse de la misma manera que un préstamo convencional entre diferentes tipos de deudas.
Las empresas, los gobiernos y los intermediarios financieros recurren cada vez más a la financiación estructurada y a la titulización para gestionar el riesgo, crear mercados de capitales, ampliar el ámbito de negocio e idear nuevos instrumentos de financiación para crecer, evolucionar y desafiar a los mercados emergentes.
El uso de la financiación estructurada transforma los flujos de caja de estas entidades. Modifica la liquidez de las carteras financieras, en parte transfiriendo el riesgo de los vendedores a los compradores de los productos estructurados. Los métodos estructurados de financiación se utilizaron a menudo para ayudar a las instituciones financieras a extraer activos únicos de sus balances.