Introducción
La financiación de proyectos se refiere a la financiación de proyectos a largo plazo, como infraestructuras o servicios públicos, proyectos industriales y otros mediante una estructura financiera específica. La financiación puede consistir en una mezcla de deuda y capital. Los flujos de caja del proyecto permiten el servicio de la deuda y el reembolso de la deuda y el capital.
Entender la financiación de proyectos
La estructura de la financiación del proyecto se basa en los flujos de caja futuros para el reembolso de las finanzas del proyecto. Los activos o derechos del proyecto actúan como garantía para la financiación. Los gobiernos o las empresas prefieren la financiación de proyectos para proyectos de larga gestación o para acuerdos de empresa conjunta o de colaboración.
El modelo de financiación de proyectos adoptado en el modelo BOT (construir, operar y transferir) contiene múltiples elementos clave. Los fondos se gestionan a través de una sociedad instrumental (SPV). Una empresa puede llevar a cabo el proyecto ella misma o subcontratar una parte del mismo. En ausencia de ingresos durante la fase de construcción, los intereses del capital de la deuda se pagan después del inicio de las operaciones.
La financiación de proyectos es para proyectos que conllevan un alto riesgo en el capital empleado. No hay ingresos para las empresas participantes hasta el inicio de las operaciones. Durante la fase de construcción, puede haber uno o dos acuerdos de compra, pero no hay flujos de ingresos. Las partes que financian los proyectos no disponen de recursos.
El proyecto suele quedar fuera del balance de las partes financiadoras y del gobierno. Las empresas suelen mantener la deuda del proyecto en una filial con una participación minoritaria. Esto ayuda a mantener los ratios de endeudamiento de la empresa. Para el gobierno, es posible que desee mantener el proyecto fuera de su balance para tener más espacio fiscal.
Conclusión
En la financiación de proyectos, los prestamistas tienen un recurso limitado. Esto significa que, en caso de impago, los prestamistas pueden recurrir a los activos del proyecto, asegurando la finalización y utilizando las garantías de rendimiento del proyecto.
La financiación del proyecto es contraria a la financiación con recurso, en la que los prestamistas obtienen un derecho pleno sobre los activos o los flujos de caja del propietario. Por ello, la financiación de proyectos requiere unos sólidos conocimientos financieros y técnicos pertinentes.