Dinero encontrado – Definición, comprensión y por qué es importante el dinero encontrado?

Introducción

El dinero encontrado es la cantidad de dinero que se redescubre. El dinero encontrado será olvidado por el propietario legal o también puede ser abandonado por los propietarios.

Comprender el dinero encontrado

El dinero encontrado también se utiliza para señalar algo de un montón de billetes abandonados que uno puede descubrir en una lavadora. También se utiliza para referirse a los activos no reclamados o no cobrados, que son encontrados por los beneficiarios legítimos y legales después de un largo período posterior al vencimiento del titular de la cuenta. El dinero encontrado generalmente se refiere al dinero que ha desaparecido del radar hasta que alguien lo descubre.

La mayoría de los países cuentan con organismos que se ocupan de las propiedades no reclamadas y que trabajan para que el dinero olvidado llegue a los bolsillos de sus legítimos propietarios al ser descubierto. El objetivo de estos organismos es reunir a los legítimos beneficiarios con los fondos de jubilación no desembolsados, los cheques de nómina cobrables y los depósitos no devueltos.

Papel del Gobierno

Cuando las agencias no consiguen reunir el dinero encontrado con sus legítimos propietarios, los países tienen sus propias políticas para tratar el dinero sobrante. Algunos países tienen un periodo definido en el que el dinero encontrado puede ser reclamado por los legítimos propietarios, después de lo cual el gobierno obtendrá la posesión y lo utilizará para sus gastos. Algunos países permiten que los fondos se puedan reclamar indefinidamente.

Existen varios tipos de dinero olvidado o fondos no reclamados. Las cuentas bancarias de ahorro regulares, los fondos de las cuentas de jubilación de los antiguos empleadores y los bonos son algunos ejemplos populares de dinero no reclamado. Una vez que estos fondos son reclamados por los legítimos propietarios y consiguen que se les devuelva, se convierten en dinero encontrado.

Es por ello que la mayoría de las cuentas bancarias y de inversión piden un beneficiario. El dinero que deje el titular de la cuenta tras su fallecimiento se entregará al beneficiario, que es el legítimo propietario en este caso.

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