¿Qué son los contratos aleatorios??
Un contrato aleatorio se refiere a un acuerdo entre dos partes en el que éstas no tienen que realizar ninguna acción hasta que se produzca un determinado evento desencadenante. Estos eventos desencadenantes no pueden ser controlados por ninguna de las partes, como los desastres naturales y la muerte.
Este tipo de contratos son habituales en las pólizas de seguro, en las que la aseguradora no tiene que pagar al asegurado hasta que se produzca un hecho desencadenante, como el robo del vehículo o los daños causados por una catástrofe natural. Los contratos aleatorios, también conocidos como seguros aleatorios, resultan útiles porque ayudan al asegurado a afrontar el riesgo financiero.
Entender los contratos aleatorios
En el sector de los seguros, el contrato aleatorio puede considerarse como un contrato de seguro con un pago desequilibrado al asegurado. El asegurado paga las primas sin recibir nada a cambio, además de la cobertura, hasta que la póliza se haga efectiva. En el caso de que se produzca un pago, éste puede superar con creces las primas pagadas. A veces, la póliza puede caducar y el evento de pago puede no producirse.
En otro caso, si el asegurado deja de pagar las primas, la aseguradora puede no estar obligada a pagar la prestación de la póliza. En el caso de los seguros de vida, si el asegurado no fallece durante la vigencia de la póliza, el asegurador no pagará nada al vencimiento de la misma.
Otro tipo de contrato aleatorio
Existe otro tipo de contrato aleatorio denominado renta vitalicia, en el que cada parte tiene un conjunto definido de exposición al riesgo. Un contrato de renta vitalicia es un acuerdo entre una compañía de seguros y un inversor individual en el que el inversor se compromete a pagar una suma global o una serie de primas al proveedor de la renta vitalicia. A cambio de la inversión, la compañía de seguros está obligada a realizar pagos regulares al titular de la renta, el rentista, una vez que se produzca un determinado acontecimiento, como la jubilación.
En este caso hay dos posibilidades:
Si el inversor retira el dinero antes de tiempo, puede perder las primas abonadas a la renta vitalicia.
Si el inversor vive una larga vida, recibirá pagos durante mucho tiempo que pueden superar con creces el importe de la anualidad original pagada.