Introducción:
Las contrapartes son aquellas partes que forman parte de una transacción monetaria. Cada transacción tendrá una contraparte sin la cual la transacción no puede llevarse a cabo. Por ejemplo, un comprador de un bien se enfrentará al vendedor que quiere vender su bien, el viceversa también vale.
Por ejemplo, la contraparte de una compra de opciones será un emisor de opciones. En cualquier operación completada, pueden intervenir numerosas contrapartes. Por ejemplo, para comprar 1.000 acciones, un comprador puede adquirir 100 acciones de diez vendedores diferentes.
Entendiendo por contraparte:
La palabra contraparte puede referirse a las entidades de ambos lados de una transacción monetaria. Estas transacciones pueden abarcar tratos y acuerdos realizados entre particulares, gobiernos, empresas o cualquier otra entidad.
Además, ambas partes no tienen por qué ser de igual rango en cuanto al tipo de empresas que intervienen. Esto se traduce en que un individuo puede ser contraparte de una empresa y al revés también es bueno.
Consideremos un ejemplo en el que se cumple un acuerdo general, una de las partes se llamará contraparte. Esto es aplicable también en el caso de los contratos a futuro o a plazo.
Riesgo de contrapartida:
La introducción de la contrapartida conlleva un riesgo denominado riesgo de contrapartida. Es el riesgo o la probabilidad de que la contraparte no pueda cumplir con sus obligaciones. Sin embargo, las contrapartes no son conocidas, y el riesgo que conlleva se gestiona con la ayuda de cámaras de compensación y empresas en algunas operaciones financieras.
De hecho, nadie sabe quién es su contraparte en la mayoría de las operaciones de una bolsa típica. Lo más frecuente es que haya múltiples contrapartes que acaben formando parte de la operación.