Burbuja inmobiliaria – Definición, comprensión y funcionamiento?

Introducción

La burbuja inmobiliaria también se denomina burbuja de la vivienda. Se trata de una acumulación de precios de la vivienda alimentada por la especulación, la demanda y el gasto exuberante hasta el punto de provocar su colapso. La burbuja inmobiliaria o de la vivienda generalmente comienza con un aumento de la demanda, en el escenario en el que la oferta es limitada, que tarda un tiempo comparativamente prolongado en restablecerse y subir.

Los especuladores inyectan dinero en el mercado, lo que a su vez hace aumentar la demanda. Mientras tanto, la demanda se reduce o llega a la saturación y se estanca; al mismo tiempo, la oferta aumenta, provocando una fuerte caída de los precios. Esto provocará el estallido de la burbuja.

Desmontando la burbuja inmobiliaria

Una burbuja inmobiliaria es un acontecimiento que no dura mucho tiempo. Dura unos cuantos años. Por lo general, está impulsado por algo que está fuera de las normas, como la especulación, la demanda, el exceso de liquidez, los altos niveles de inversión, todo lo cual tiene el potencial de hacer que los precios de la vivienda se vuelvan insostenibles.

Puede provocar un aumento de la demanda frente a la oferta. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las burbujas inmobiliarias o de la vivienda pueden ser menos regulares que las de la renta variable. Sin embargo, suelen durar el doble de tiempo.

Efectos de las burbujas inmobiliarias

Las burbujas inmobiliarias o de la vivienda no sólo provocan un importante desplome inmobiliario, sino que también tienen un efecto revelador sobre los individuos de cualquier barrio, clase y la economía en general.

Estas burbujas pueden obligar a los individuos a buscar una forma de liquidar su hipoteca o préstamo hipotecario a través del programa diferente. También puede llevarles a acceder a los fondos de sus cuentas de jubilación para poder permitirse residir en sus respectivas viviendas.

Las burbujas inmobiliarias o de la vivienda son históricamente el motivo por el que los particulares acaban perdiendo la mayor parte de sus ahorros.

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