Significado de «Tenancy-at-Will» (arrendamiento a voluntad)
El arrendamiento a voluntad es un arrendamiento de propiedad en el que el inquilino, el propietario o el arrendador pueden rescindir en cualquier momento. Esto funciona sin un contrato de alquiler y no suele definir la duración del plazo del inquilino ni el intercambio de pagos.
El arrendamiento a voluntad también se conoce como patrimonio a voluntad. El acuerdo suele ser ventajoso tanto para los inquilinos como para los propietarios, que pueden querer tener la versatilidad de ajustar rápidamente las circunstancias del alquiler sin incumplir el contrato.
Cómo funciona la «tenencia a voluntad»?
Los inquilinos que tienen el consentimiento de sus propietarios, pero que normalmente no tienen contratos de arrendamiento, tienen un arrendamiento a voluntad. Este tipo de alquileres se denominan a menudo «a voluntad» o «mes a mes», aunque no exista un contrato formal que defina el periodo de tiempo que dura el alquiler.
Un arrendamiento a voluntad describe el acuerdo entre el propietario y el inquilino cuando no se dispone de condiciones estrictas, son de naturaleza defectuosa o han expirado, como las que se encuentran en un contrato de arrendamiento. Al principio de la relación entre propietario e inquilino, también se puede establecer un acuerdo de arrendamiento a voluntad.
El arrendamiento a voluntad entra en vigor si hay un acuerdo verbal entre las dos partes en lugar de un acuerdo escrito, si hay un acuerdo escrito que especifica que el arrendamiento es mes a mes sin periodo definido, o si el arrendamiento se prolonga después de que el contrato original expire sin firmar uno nuevo.
En general, los arrendamientos a voluntad incluyen partes desconocidas entre sí. En algunos casos se dan entre familiares.
Cómo desalojar un contrato de alquiler a voluntad?
Un contrato de arrendamiento a voluntad no tiene condiciones escritas y decididas con respecto a la notificación de la intención de desalojar; los términos suelen estar establecidos en las leyes locales de propietarios e inquilinos. No es raro que tanto el inquilino como el propietario soliciten un aviso de 30 días.
Esto significa que si el inquilino desea desalojar, o el propietario le exige que lo haga, la otra parte obtendrá un preaviso de 30 días. Ninguna de las partes debe justificar la solicitud de desalojo. Tradicionalmente, la notificación se hace por escrito.